O sea que en el Perú hay un 40 por ciento de ciudadanos que casi aspiran a no ser ciudadanos y que quieren ser, a veces con fervor, vasallos tristes y alegres siervos de la gleba.
Fujimori en el paraíso
O sea que en el Perú hay un 40 por ciento de ciudadanos que casi aspiran a no ser ciudadanos y que quieren ser, a veces con fervor, vasallos tristes y alegres siervos de la gleba.
20 de octubre de 2009 | 0 comentarios
Reflexiones Militantes a propósito de un viaje
12 de octubre de 2009 | 0 comentarios
Etiquetas: País, Reflexiones
¡ HEMOS DESCUBIERTO UNA NUEVA ISLA!
Rocío Joo
Agosto 2008
La isla en cuestión, se encuentra aproximadamente al centro del Océano Pacífico, entre las longitudes 135ºO y 155ºO y las longitudes 35ºN y 42ºN . En otras palabras, es bastante grande.
“Descubierto una nueva isla”. En circunstancias normales, podríamos decir que se ha “descubierto una isla”, pero sucede que esta sí es nueva. Antes no existía. Su nombre es “Great pacific garbage patch" y en la figura 1 se observa el material de lo que está formado. Y en la figura 2 podemos ver la evolución que ha tenido y sigue teniendo esta isla.
Las grandes corrientes en el Pacífico tienen un movimiento circular hacia el centro, gracias a la acción de la fuerza centrípeta (figura 2a). Ahora, cuando los mares son contaminados por toda la basura que les llega ya sea directamente o a través de los ríos (figura 2b), los desechos (aunque no todo) también entran dentro de estos giros oceánicos (2c y 2d). Cuando esto pasa, Greenpeace afirma que en las aguas superficiales hay 6 veces más basura que biomasa de plancton.
Así fluyen las corrientes oceánicas en el Pacífico. www.greenpeace.org
Los puntos naranjas representan los desechos que se encuentran en el mar. Esta figura representa una acumulación de 6 meses de la basura desde que llega al mar. www.greenpeace.org
Después de 2 años, la basura va penetrando más en los giros. www.greenpeace.org
Sí, quizás no sea una sola isla. ¡Se está formando una por Japón, también!
¿Qué tan nueva es esta isla? Tiene sus raíces en décadas de contaminación marina; y su existencia fue predicha en 1988 en una investigación sobre desechos marinos en el Océano Pacífico. Pero fue detectada hace muy pocos años. Porque la zona donde se formaba esta isla no era de interés porque nadie pescaba por ahí. No obstante, la isla fue creciendo hasta que accidentalmente los pescadores llegaron a ella.
Si bien nunca deja de asombrarnos la cantidad de desechos que somos capaces de acumular los seres humanos, yo nunca imaginé que fuéramos capaces de llegar a hacer islas con ellos. Propongo ahora salir de nuestro asombro y pensar en las consecuencias de esto.
En primer lugar, estas islas no ayudan a fomentar el turismo así que quizás sea buena idea no tratar de sacarle provecho a la contaminación. En segundo lugar, los desechos plásticos, que parcialmente se desintegran, son utilizados como alimento por peces, aves y mamíferos que los confunden con sus presas (es lógico si ocupan más volumen que el plancton en esas zonas). Greenpeace reporta estimaciones de más de un millón de aves marinas y cien mil mamíferos marinos y tortugas que mueren cada año por ingerir plásticos o enredarse con ellos.
Afectan al ecosistema también indirectamente pues el plástico puede servir como una superficie en la que organismos como las plantas y animales puedan vivir, por lo que subidos a plásticos flotantes (no todos flotan) pueden ser traslados a habitats completamente diferentes afectando (sea como predador o presa) al ecosistema al que se mudan.
Greenpeace además señala que se producen cada año cerca de 100 millones de toneladas de plástico, de las cuales aproximadamente el 10% termina en el mar. Esta fracción que termina en el mar viene en un 20% de barcos y plataformas, pero el otro 80% viene de la tierra. Y esta fracción que termina en el mar, son aproximadamente 10 millones de toneladas, lo que no es poco.
El llamado frente a este problema es el de generar conciencia, en la que no sólo basta saber lo que está mal, sino empezar a arreglar las cosas. No cuesta mucho comenzar a cambiar las mentalidades y dejar de recibir bolsas de plástico en las tiendas o mercados. O decirle a la gente que dejen de hacerlo también.
Esta es solo una muestra, una noticia que no delata todo el problema medio ambiental que nos aqueja. Sólo una pequeña parte. Me pregunto a veces si necesitamos esperar a sentir la lluvia ácida cayendo sobre nuestros rostros, la escasez del agua, la extinción de varios seres vivos, ya sea por la contaminación directamente, ya sea por la pesca indiscriminada, ya sea porque las manos del hombre y de la mujer hicieron que de alguna manera hubieran más predadores que acabaran con todas las presas y se originaran serios desequilibrios en la naturaleza. Porque ya casi todas esas cosas han sucedido, solo que aún no las sentimos. Porque tuvieron que congelarse los niños para que el gobierno sacara su campaña de “prevención del friaje”. Porque tuvo que suceder un terremoto para mirar la pobreza en Ica. Porque tuvo que acabarse el guano y la anchoveta (por un tiempo) para que despertásemos al menos un poco. Para que sintiésemos el problema como nuestro.
Hablamos de OPP todos los días pero esa opción no será nada si seguimos destruyendo nuestro planeta. Y serán peores las consecuencias para los pobres. Entendamos que una opción por nuestro ecosistema, por nuestro medio ambiente, es una opción por la vida y una opción por los pobres también. Y que no hay verdadera reconstrucción de país, de sociedad, que otro mundo no será posible si dejamos que éste muera.
Recordemos la historia de la creación narrada en el Génesis, en la que Dios pone al ser humano como el “dueño” de esta . Quizás hemos entendido muy mal nuestro rol. Nos hizo a imagen y semejanza suya, a imagen y semejanza de un Dios que amó todo lo que creó. ¿No es nuestro rol entonces cuidar todo lo que se nos ha encargado? Me pregunto si después de tanto tiempo hemos des-aprendido a contemplarlo, a amarlo, si hemos perdido de vista que la creación da gloria a Dios , no al hombre ni a la mujer, y que hombres y mujeres somos sólo parte de esta creación con la que nos relacionamos (¿también hemos olvidado esta relación?) a la que estamos llamados y llamadas a cuidar.
Por eso creo que debe ser compromiso nuestro casi intrínseco, como los derechos humanos y la preocupación por el y la pobre, el interés por la ecología . Y para eso hay que saber mirar a nuestro entorno con ojos sencillos y un espíritu de amor y comunión .
Este artículo es una invocación a la formación en medio ambiente que debe ser parte de nuestra formación integral, de nuestro compromiso con el y la pobre, de nuestro ser discípulas y discípulos del Dios de la VIDA.
27 de octubre de 2008 | 0 comentarios